• A través del programa ‘Santander Ayuda’, la Asociación Horuelo, Fundación Cuin y Fundación Acrescere ofrecerán actividades en el período no lectivo para niños y adolescentes de familias vulnerables.
  • Según la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, el 28,7% de los menores de 16 años se encuentran en riesgo de pobreza, y un 8,3% de las familias no puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año.
  • La oportunidad de acceder a actividades de ocio saludable contribuye al desarrollo de niños y adolescentes y les permite adquirir conocimientos y herramientas fuera del aula, además de mejorar la capacidad de inserción social y laboral de menores tutelados.

 

 

Madrid, 13 de junio de 2023 - NOTA DE PRENSA

 

España es el tercer país con mayor pobreza infantil de la UE por detrás de Grecia y Bulgaria, según datos de Eurostat. Y como reflejan los datos de la última Encuesta de Condiciones de Vida del INE, el 28,7% de los menores de 16 años se encuentran en riesgo de pobreza. El final del curso escolar supone un problema para las familias vulnerables en términos de conciliación. Las plazas públicas son muy limitadas y el precio de los campamentos privados no es asumible.

Sin embargo, dejando al margen la dificultad económica, también hay que tener en cuenta el impacto que supone para los menores no poder acceder a actividades de ocio, imprescindibles para su desarrollo. Según el mismo informe, el 8,3% de las familias no puede permitirse ir de vacaciones ni si quiera una semana al año.

Fundación Banco Santander, a través de su programa ‘Santander Ayuda’, colabora con Asociación Horuelo, Fundación Cuin y Fundación Acrescere en campamentos de verano y actividades de ocio y tiempo libre para niños y jóvenes en situación vulnerable.

El ‘Campamento Avivar’ de la Asociación Horuelo es un proyecto que se desarrolla desde hace más de 15 años en el distrito madrileño de San Blas-Canillejas. Disponen de 100 plazas para que los menores disfruten de un espacio de ocio y tiempo libre que sus familias no se pueden permitir, favoreciendo el desarrollo de habilidades sociales.

“Llega el final de curso y muchas familias tienen que seguir trabajando. Es difícil conciliar mientras nuestros hijos e hijas están de vacaciones. Muchas familias no tienen recursos suficientes para ofrecer a los menores planes de ocio y tiempo libre mientras los centros educativos se mantienen cerrados hasta septiembre” explica Ana de Julián, coordinadora de Asociación Horuelo.

Un aspecto que destacar es que Horuelo cuenta con un grupo de mentores voluntarios (16-17 años), que han sido a su vez menores que han participado en el programa ‘Avivar’. Este proyecto también ayuda a estos jóvenes en su proceso de aprendizaje y desarrollo personal participando en el campamento como premonitores.

En esta ocasión el campamento será en Castellón. Para Ana de Julián, es esencial que los niños, niñas y adolescentes tengan la oportunidad de “vivir nuevas experiencias como dormir al aire libre o ver y bañarte en el mar por primera vez. Estas iniciativas promueven el desarrollo de habilidades para la vida en las personas menores y apoyan a las familias en situación de vulnerabilidad o en riesgo de exclusión, ofreciendo una alternativa al periodo vacacional”.

En Cantabria, la Fundación Cuin ofrece actividades socioeducativas y lúdicas vinculadas al patrimonio, la historia y la cultura cántabra a través del programa ‘El legado de Corocotta’ para los niños y niñas de sus hogares y centros de acogida.

“Este programa se ha convertido en una excelente herramienta pedagógica para desarrollar en la época estival que nos permite continuar con nuestra labor socioeducativa a través de actividades de ocio y tiempo libre que favorecen el desarrollo personal y social de los chicos y chicas” explica Pedro Tresgallo, director de la Fundación. “A través de este programa se busca aumentar el sentido de pertenencia, así como fomentar el conocimiento e interés por la geografía y patrimonio histórico, artístico y cultural de la región cántabra”.

‘El legado de Corocotta’, que comenzó en 2009, se realiza de junio a septiembre, cubriendo toda la etapa no lectiva. Además de los beneficios evidentes para los menores, también cumple una labor de integración, al dar a conocer a la sociedad la realidad de colectivos en una situación familiar y personal vulnerable.

“Gracias a Santander Ayuda podemos ofrecer estas actividades de verano a 100 jóvenes que viven en nuestros hogares de acogida CUIN, chicos y chicas que se ven obligados temporalmente a vivir fuera de sus casas debido a que se encuentran en situación de desamparo o en riesgo” concluye Tresgallo.

Una de las mayores carencias de los menores que viven en los centros de acogida se refiere a la escasez de actividades complementarias a las académicas. Los menores se ven obligados a pasar la mayor parte del tiempo en el interior de la residencia donde viven. El programa de formación, Ocio y Tiempo Libre (FOTL) de la Fundación Acrescere se ocupa desde hace 10 años de que niños y niñas tuteladas puedan disfrutar de una oferta de ocio variada y saludable.

“Mucha gente no imagina que los niños que residen en centros tutelados, más de 1.500 sólo en la Comunidad de Madrid, no disponen de oportunidades de ocio y actividades saludables” expone Olga Mollá, coordinadora del programa FOTL. “En Fundacion Acrescere creemos firmemente en la necesidad de disfrutar del tiempo libre y el juego para un desarrollo pleno. Dentro del mismo proyecto contamos con una Escuela de tiempo libre que forma a monitores con una perspectiva y empatía especial hacia el trabajo con menores en riesgo de exclusión.”

El programa FOTL contempla, además del campamento de verano con pernocta, actividades de fin de semana en los centros de acogida, y campamentos urbanos durante Semana Santa y Navidad. En total participan 485 menores que viven en centros de acogida de la Comunidad de Madrid.

Estas actividades consiguen llevarse a cabo gracias al trabajo de voluntarios como Verónica Sarrabayrouse. Para ella “participar como voluntaria en el programa está siendo una experiencia increíble. He participado en varias salidas y, de cada una de ellas me llevo la felicidad de los niños, la relación que empieza a formarse entre ellos y los voluntarios y la emoción de los niños, que comienzan a tener una sensación de pertenencia y de ser importantes para alguien.  Sin este programa muchos de estos niños y niñas no tendrían esta increíble oportunidad.”

En esta ocasión Fundación Acrescere también ha observado que el programa tiene beneficios para la comunidad. Participar en los campamentos y actividades favorece la integración de los menores en la sociedad, y cuando cumplen 18 años y salen del sistema de protección, su incorporación al mundo laboral resulta más fácil.