José Gutiérrez Solana (Madrid, 1886-1945)
Máscara del caimán
Hacia 1933
INFORMACIÓN DE LA OBRA
Óleo sobre lienzo, 80 x 60 cm
OTRA INFORMACIÓN
Firmado en el ángulo inferior izquierdo “J. Solana”
Tanto en sus escritos como en su pintura, Solana plantea reiteradamente el tema de los carnavales y las escenas de máscaras, cuya presencia se remonta a su infancia. On recuerdos angustiosos y opresivos de la irrupción violenta de una destrozona para robar en su casa cuando era niño. En todas sus publicaciones, dedica al menos un capítulo a estos temas, y los aborda obsesivamente a lo largo de su vida, tanto en la pintura como en el dibujo o en el grabado.
Continua, en cierto modo, el camino iniciado por Goya en el tratamiento de las mascaras, especialmente en Los caprichos, para resaltar la realidad del personaje que se oculta debajo de las máscaras animales, utilizadas en diversas escenas.
Existían en Madrid varios talleres de máscaras y caretas, como el de Emeterio, amigo del pintor, que abría sus puertas en las Vistillas ya donde sin duda acudía para inspirarse.
Solana trata con ironía en su pintura los personajes y las máscaras, escribiendo de ellos: “Todas ellas sienten el descoco y el atrevimiento que da la impunidad de la careta”. Pero también aborda el tema con una visión mas festiva: “e imitando a los animales; bramaba uno como un toro, otro imitaba el gallo, el rebuzno de un asno, el cacareo de una gallina, el bufido de un buey y llevaban cabezas postizas de cartón de estos animales, muy contentos y alborozados de sus disfraces”, escribe Solana.
En esta obra representa varios personajes entre los que destaca el que lleva la máscara de caimán, con sus brazos abiertos como arengando a los demás.
La arquitectura que cierra la composición, de casas de adobe, barro y piedra, permite ubicar la escena en cualquier población castellana, pero bien podría ser Madrid, donde se celebraba el carnaval de San Antón, en el que se utilizaban caretas de animales.
María José Salazar