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Ramón Casas (Barcelona, 1866-1932)

Dona rera persiana [Mujer detrás de una persiana]

hacia 1890

INFORMACIÓN DE LA OBRA

Óleo sobre lienzo, 24,3 × 20,3 cm

Ramón Casas nació en Barcelona en el seno de una familia acomodada. Su temprana inclinación hacia el arte no encontró oposición en su padre, un indiano aventurero que se había enriquecido en Cuba. Muy joven fue discípulo aventajado del pintor y decorador barcelonés Joan Vicens, al tiempo que se relacionaba con el incipiente grupo de intelectuales que editaría la revista L´Avenç, donde publicaría su primer dibujo en 1881. Ese mismo año se estableció en París, donde fue alumno del prestigioso retratista académico Carolus-Durand y pudo conocer la joven escuela impresionista francesa.

La influencia de Carolus-Durand es evidente en el retrato que realizó en 1888 a su hermana mayor, Montserrat Casas: gran retrato femenino vertical, aunque de pincelada más suelta, como acusando ya un influjo impresionista que aún tardaría un par de años en declararse abiertamente en su pintura. Se trata de una pieza pintada en un breve periodo barcelonés que media entre un viaje poco relevante a París en verano de 1887 y un pintoresco recorrido en carro por Cataluña efectuado con Santiago Rusiñol en 1889. Un año más tarde se reencontraría con él en el Moulin de la Galette de París, donde comenzaron una serie de colaboraciones y la mejor etapa pictórica de ambos artistas.

De la estancia conjunta de Casas y Rusiñol en Montmartre es la pequeña obra Dona rera persiana [Mujer detrás de una persiana], en la que destaca la concepción «fotográfica» y el gusto por el abocetamiento de la factura que tanto debía a la influencia de Degas o Whistler y que tanto le censuró la crítica conservadora de la época.

A pesar de sus detractores, la exhibición de obras de Casas y Rusiñol en 1891 en la Exposición General de Bellas Artes organizada en la Sala Parés de Barcelona, fue el gran impacto del modernismo pictórico en Cataluña y les consagró como los líderes de la escuela moderna. Pronto, sus extraordinarios retratos al carboncillo, sus carteles y murales trascendieron con éxito al extranjero.

De esta época de grandes triunfos y gran participación en las tertulias de Els Quatre Gats –la cervecería en la que se dieron cita todos los grandes intelectuales del modernismo y postmodernismo entre 1897 y 1903– es un segundo retrato que realizó a su hermana Montserrat. Se trata de la obra más importante de su etapa de madurez, poco antes seguramente de su breve etapa madrileña (1904), en la que, siendo ya un retratista muy cotizado, pintara a Alfonso XIII. [Francesc Fontbona]