Eusebio Sempere (Onil, Alicante, 1923-1985)
Azul trazo grueso
1977
INFORMACIÓN DE LA OBRA
Temple sobre tabla, 50 × 50 cm
OTRA INFORMACIÓN
Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho: «Sempere 77»
En el panorama de la pintura española de vanguardia, la obra de Eusebio Sempere ha desempeñado un papel relevante y singular. Integrado en la vanguardia de los años cincuenta, en la que la abstracción jugó un protagonismo hegemónico, Sempere siguió una trayectoria independiente basada en una experimentación propia en el ámbito de la forma. Su estancia en París en 1948 y el conocimiento de la obra de artistas como Arp, Mondrian, Vasarely, Chillida y Palazuelo, le hicieron abandonar la figuración inicial y comenzar el camino de la abstracción, pero hacia una en la que los valores de la forma, de la geometría y de la construcción eran esenciales. Es importante destacar, en este sentido, su participación en París, en 1955, en el Salon des Réalités Nouvelles, marcado por esta tendencia.
Sempere se decidió por una abstracción geométrica que definirá el hilo conductor de toda su trayectoria. Frente a la abstracción expresionista, la corriente del informalismo que dominaba todo el panorama de la vanguardia, Sempere se orientó hacia la abstracción constructiva, en la que el valor y la presencia definida del orden geométrico de la forma eran el fundamento de su pintura.
Esta opción seguida por Sempere le introdujo en un universo plástico minoritario y le hizo seguir una trayectoria coherente y solitaria. Frente al valor de la expresión como proyección de un estado de ánimo, optó por una poética del orden y de la construcción, renunciando a proyectar en el cuadro la emoción y el sentimiento surgidos de un canto a la subjetividad. En la pintura de Sempere es la obra misma la que sumerge al espectador en un mundo de sensaciones. Su pintura siempre desarrolló un juego equilibrado de formas y colores sugeridores de una imagen ideal y utópica de un universo racional.
Penetración del cuadrado en el círculo sintetiza la trayectoria del artista en relación con una experimentación geométrica de las formas orientada a crear un mundo de imágenes ideales. Es una preocupación que se mantiene en obras como Forma lobular, en la que predomina el plano amarillo modulado por el juego de líneas que describen una trama a la manera de una huella dactilar sometida a un diseño geométrico.
La pintura de Sempere nos transmite el universo poético de un orden trascendente y metafísico. El artista demuestra como la forma, el orden y la geometría son los componentes de una emoción íntima que sintetiza una sensación panteista que, a pesar de la aparente planimetría de la imagen, posee un efecto tridimensional. En este efecto el color cumple un papel determinante. Azul trazo grueso constituye un experimento entre la línea, la forma y el plano, el color y la sugerencia de una tercera dimensión en la que el tiempo parece haberse congelado y las diversas intensidades del azul crean una trama sugeridora de una realidad mágica. [Víctor Nieto Alcaide]