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Aureliano de Beruete (Madrid, 1845-1912)

La Virgen del Valle, Toledo

1899

INFORMACIÓN DE LA OBRA

Óleo sobre lienzo, 48,5 × 79 cm

OTRA INFORMACIÓN

Firmado en el ángulo inferior derecho: «A de Beruete» Inscripción a lápiz al dorso, en el bastidor: «1899»

Aureliano de Beruete fue, junto a Darío de Regoyos, el paisajista español más destacado y renovador de su generación. Discípulo en 1874 de Carlos de Haes en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid, conoció en 1878 a Martín Rico, que le influyó en su búsqueda de una luz intensa y de la belleza del cromatismo. Posteriormente evolucionó hacia una captación más inmediata y directa del natural en un trabajo siempre al aire libre que puede calificarse de impresionista a partir de 1903. En efecto, en esos años finales utilizó los tonos puros, las sombras coloreadas y una pincelada amplia, en la que le influyó también su conocimiento profundo de la obra de Velázquez, al que dedicó en 1898 una importante monografía.

Aunque fue un artista cosmopolita, que trabajó en Francia, Suiza y Alemania, Beruete tuvo una especial preferencia por los paisajes castellanos. Su cultura y su pertenencia a la Institución Libre de Enseñanza le predispusieron hacia el rescate estético de aquel paisaje, al que dedicó la mayor parte de su producción. La Virgen del Valle, Toledo es obra muy representativa de su búsqueda de los paisajes de los alrededores de las antiguas ciudades castellanas, en los que captaba la topografía accidentada del terreno junto a alguna referencia monumental e histórica, que servía para caracterizar de modo intrínsecamente unido la visión de la naturaleza y de su pasado histórico. Entre aquellas ciudades, como Segovia, Ávila, Cuenca y Toledo, fue esta última la que le atrajo en mayor medida. Allí pintó en 1875 y en 1883 y, a partir de 1894, dedicó los meses de octubre de cada año hasta su muerte para una campaña anual de trabajo en la ciudad.

El artista realizó esta obra durante su estancia de 1899, en la que realizó también Las huertas del puente de Alcántara. Toledo, La Huerta del Caballo. Toledo, El Tajo en Toledo, El Hospital Tavera desde el río. Toledo (las cuatro en colecciones particulares madrileñas) y dos obras tituladas Huerta de Toledo. Entre todas, solamente la primera de este grupo y la que aquí se estudia fueron seleccionadas para la gran exposición que tuvo lugar en 1912 poco después de su muerte, en el estudio de su amigo Joaquín Sorolla, en la que esta obra figuró con el n.º 190.

La pintura es buena muestra de un interesante periodo de transición, previa a su etapa impresionista. El santuario que aparece en el paisaje era bien conocido por Beruete, que había pintado ya en 1893 desde su atalaya un amplio panorama de la ciudad: Vista de Toledo desde la Virgen del Valle (colección particular). El artista escogió un punto de vista bajo en una composición que deja poca superficie de cielo, como luego haría en sus vistas de los Alpes de 1905-1907. La pintura, en verdes muy frescos y ocres, muestra un suave contraste entre la parte soleada, en la que se encuentra la ermita, obra del siglo XVII, y la que está en sombra, donde aparecen también pinceladas coloreadas, en la orientación próxima al impresionismo que su obra posterior desarrolló. [Javier Barón Thaidigsmann]