Manuel Hernández Mompó (Valencia, 1927 – Madrid, 1992)
Gente en el campo
1969
INFORMACIÓN DE LA OBRA
Técnica mixta sobre lienzo, 130 × 97 cm
OTRA INFORMACIÓN
Firmado y fechado en el ángulo inferior izquierdo: «H Mompó 1969»
Aunque la trayectoria artística de Manuel Hernández Mompó se engloba tradicionalmente dentro de la generación abstracta de los años cincuenta, su obra tiene, sin embargo, una estrecha relación con la figuración.
Hernández Mompó es creador de un lenguaje personal que comprende un mundo propio, en el que el artista recrea la realidad que lo rodea, con sus calles y sus gentes, que pasan al lienzo traducidos en una impresión. Su obra es precisamente la de un creador de ambientes en los que resume el reflejo de lo que tiene a su alrededor. Así, sus pinturas se llenan de personajes y paisajes que quedan plasmados en la superficie pictórica de manera esquemática mediante signos, símbolos y palabras.
Hernández Mompó estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos (Valencia). En cuanto tuvo noticias de la reapertura de la frontera con Francia, viajó a París para ver de primera mano el arte contemporáneo. Tras su regreso a España, la necesidad de viajar resultó ser cada vez más imperiosa y vivió una larga temporada en Italia y Holanda. De nuevo en Madrid, entró a formar parte del grupo de artistas en torno a la galería de Juana Mordó. En 1968, presentó doce cuadros de gran formato en el Pabellón de España de la XXXIV Bienal de Venecia. Tras pasar largas temporadas en Ibiza, en los años setenta se estableció en Mallorca, donde comenzó a trabajar también la escultura.
Sus obras están marcadas por el compromiso con el blanco, reflejo de la luz mediterránea de su Valencia natal, y por el uso del color. El resultado es una pintura que derrocha alegría, algo que le convertiría en un artista de compleja clasificación dentro de su generación. En un momento histórico que quedó marcado por la represión franquista, los pintores abstractos de los cincuenta, con los que el artista valenciano mantuvo una estrecha amistad, utilizaron una paleta reducida básicamente a blanco, negro y rojo. Frente al dramatismo resultante de esta propuesta, la apuesta positivista de Hernández Mompó lo convirtió en un artista independiente.
Dentro de su producción, la obra sobre papel es un formato en el que el artista se sentía especialmente libre. Como demuestran los dos gouache de la Colección Banco Santander, esta libertad le llevó a mezclar diferentes técnicas (acuarela, carboncillo, ceras...) cuya característica común es la rapidez de ejecución. Esta fluidez convirtió al papel en un formato final: obras terminadas que participan, al igual que los lienzos, de lo que el artista denominaba «el rumor habitado de la naturaleza».
Por su parte, los últimos años sesenta, momento al que pertenece el lienzo Gente en el campo, es una etapa clave dentro de su trayectoria. El universo descrito anteriormente ha evolucionado hasta llegar a un lenguaje artístico que le permite resumir la realidad en escasos trazos. Estrechamente vinculado con las obras que el artista realizó para el pabellón español en Venecia, este lienzo parece anunciar una práctica posterior. En él, la superficie aparece dividida en una serie de cuadrículas que contienen, como el propio artista afirmaba, «[…] todo eso VIVO de lo normal y cotidiano»1. La compartimentación del espacio total de la obra en partes más pequeñas daría paso, ya en la década de los setenta, a la práctica del collage. [Inés Vallejo]