Manufactura de Alcora
Jarro ornamental
Finales del siglo XVIII-principios del siglo XIX
INFORMACIÓN DE LA OBRA
Cerámica, tierra de pipa, alt. 84 cm
La manufactura de Alcora fue fundada en 1727 por el IX conde de Aranda en terrenos de su propiedad en la actual provincia de Castellón. El objetivo era crear una fábrica de lozas y porcelanas de lujo que compitiera con las manufacturas extranjeras. Los privilegios reales, entre los que destacaba la exención de impuestos en la exportación de piezas y la libre entrada de materiales desde el extranjero, permitieron que esta manufactura persistiera hasta mediados del siglo XIX a pesar de no contar apenas con beneficios.
A lo largo de su existencia, la fábrica se convirtió en un modelo de organización y en un referente de orientación estética gracias a la contratación de especialistas extranjeros, artistas y «secretistas» que aseguraban conocer el secreto para la fabricación de la porcelana. Además, la creación de una academia de aprendices permitió a la manufactura continuar proporcionando una producción de máxima calidad.
Desde un punto de vista cronológico, este jarrón fue producido entre la segunda y la tercera época. En 1774 la manufactura de Alcora contrató a un nuevo director del departamento de porcelana, François Martin, puesto en el que permaneció hasta su muerte en 1786. Durante su dirección, esta sección de la fábrica creció notablemente. Además de la porcelana, la fábrica producía en este departamento la tierra de pipa, una pasta de origen inglés que se caracterizaba por su color cremoso, su ligereza y su bajo coste. Todas las manufacturas europeas se vieron obligadas a realizar piezas con esta pasta para poder competir con los bajos precios y la calidad de los productos ingleses. Sin embargo, en Alcora resultó muy costoso producir con tierra de pipa porque los materiales debían importarse y las cocciones eran muchas veces un fracaso. Para resolver el problema, los alcoreños realizaron piezas con los mismos moldes para decorarlos posteriormente con un esmalte cremoso que buscaba conseguir el mismo efecto de la tierra de pipa.
Durante las últimas décadas del siglo XVIII, cuando comienza la tercera época de la manufactura de Alcora, se produce un ligero cambio en la orientación artística de la fábrica. Dicho cambio surge como consecuencia de la contratación en 1787 de Pierre Cloostermans (1752-1798), químico francés que había ejercido como pintor en las manufacturas de porcelana de Sèvres y Limoges. Encargado de dirigir el departamento de porcelana de la fábrica castellonense, su labor puede valorarse muy positivamente ya que además de mejorar las recetas de porcelana y tierra de pipa, introdujo el estilo neoclásico en Alcora.
Este elegante ejemplar, de forma ovoide con pie de copa y alas laterales en forma de carnero, pone de manifiesto que en la manufactura de Alcora se seguían las modas que triunfaban en Francia en este mismo momento, caracterizadas por la sobriedad y ponderación de tipologías y ornamentaciones.