Manufactura de Alcora
Fuente
Serie de trofeos (1764-1775)
INFORMACIÓN DE LA OBRA
Cerámica, loza policroma, ø 40 cm
La manufactura de Alcora fue fundada en 1727 por el IX conde de Aranda en terrenos de su propiedad en la actual provincia de Castellón. El objetivo era crear una fábrica de lozas y porcelanas de lujo que compitiera con las manufacturas extranjeras. Los privilegios reales, entre los que destacaba la exención de impuestos en la exportación de piezas y la libre entrada de materiales desde el extranjero, permitieron que esta manufactura persistiera hasta mediados del siglo XIX a pesar de no contar apenas con beneficios.
A lo largo de su existencia, la fábrica se convirtió en un modelo de organización y en un referente de orientación estética gracias a la contratación de especialistas extranjeros, artistas y «secretistas» que aseguraban conocer el secreto para la fabricación de la porcelana. Además, la creación de una academia de aprendices permitió a la manufactura continuar proporcionando una producción de máxima calidad.
Esta fuente de borde lobulado se enmarca en la segunda época (1749-1786), que comenzó cuando Pedro Pablo, hijo del IX conde de Aranda, heredó la fábrica. El X conde fue embajador de España en París y estuvo en contacto con los enciclopedistas. Su curiosidad le llevó a buscar la fórmula de la porcelana, consiguiendo únicamente una pasta similar a la pasta tierna francesa y a la tierra de pipa inglesa.
La complejidad de la fábrica provocó un foco de malestar que derivó en dimisiones y en la creación de otros talleres que intentaron, sin demasiado éxito, imitar la cerámica alcoreña. Por este motivo, la fábrica de Alcora solicitó al rey una orden que le permitiera identificar sus productos con una «A». En 1789 se clausuraron por orden real las llamadas despectivamente «fabriquetas».
Este plato de borde lobulado exhibe la decoración típica de la serie de trofeos, descrita por Mamés Lalana —director de la manufactura de Alcora desde 1766— como «otra pintura (…), la qual se compone de cañones, morteros, timbales, y vanderas con otros instrumentos de guerra con sus adornos correspondientes». Si bien en la fábrica de Fouque et Pelloquin de Moustiers se utilizó la ornamentación que se conoce con el nombre de décor aux drapeaux (decoración de banderas), los trofeos de Alcora son totalmente diferentes y además están datados, como mínimo, una década más tarde. De hecho, la decoración de trofeos militares es originaria de la Antigüedad clásica que se recuperó durante el siglo XVI para la ornamentación de la cerámica y, sobre todo, en la arquitectura. La afición a esta ornamentación se acentuó a mediados del siglo XVIII gracias a los descubrimientos arqueológicos en Pompeya, Herculano y Roma, y perduró hasta el siglo XX.