Manufactura de Alcora
Mancerina
Serie de rayado rojo (1740-1760)
INFORMACIÓN DE LA OBRA
Cerámica, loza policroma, ø 19 cm
La manufactura de Alcora fue fundada en 1727 por el IX conde de Aranda en terrenos de su propiedad en la actual provincia de Castellón. El objetivo era crear una fábrica de lozas y porcelanas de lujo que compitiera con las manufacturas extranjeras. Los privilegios reales, entre los que destacaban la exención de impuestos en la exportación de piezas y la libre entrada de materiales desde el extranjero, permitieron que esta manufactura persistiera hasta mediados del siglo XIX a pesar de no contar apenas con beneficios.
A lo largo de su existencia, la fábrica se convirtió en un modelo de organización y en un referente de orientación estética gracias a la contratación de especialistas extranjeros, artistas y «secretistas» que aseguraban conocer el secreto para la fabricación de la porcelana. Además, la creación de una academia de aprendices permitió a la manufactura continuar proporcionando una producción de máxima calidad.
Desde su fundación, y a lo largo de su primera época (1727-1749), estuvo regentada por artistas extranjeros, encargados de marcar la pauta de los distintos estilos ornamentales. Édouard Roux, director de la fábrica entre 1728 y 1735, introdujo los motivos decorativos y las formas procedentes de las manufacturas de la Francia meridional. En Alcora se copiaron fielmente todos estos modelos que, al difundirse por el resto del país, fueron asimilados por otros centros alfareros en versiones más populares.
Esta mancerina en forma de venera está decorada con motivos orientalizantes, principalmente vegetales (flores de diferentes tamaños y formas), cuya peculiaridad es la de aparecer rayados en rojo y azul. Aves como las de la serie de chinescos sobrevuelan las agrupaciones florales. La mancerina es un plato circular en forma de concha, de hoja de parra o de paloma, con una abrazadera para sostener la jícara o taza sin asa que contenía el chocolate deshecho. Fue inventada en la segunda mitad del siglo XVII por el marqués de Mancera, virrey del Perú. Los primeros ejemplares son de plata virreinal, pero durante el siglo XVIII también se hicieron en loza o porcelana.