Manufactura de Alcora
Jarro ornamental
1750-1761
INFORMACIÓN DE LA OBRA
Cerámica, loza policroma, alt. 54,5 cm
La manufactura de Alcora fue fundada en 1727 por el IX conde de Aranda en terrenos de su propiedad en la actual provincia de Castellón. El objetivo era crear una fábrica de lozas y porcelanas de lujo que compitiera con las manufacturas extranjeras. Los privilegios reales, entre los que destacaba la exención de impuestos en la exportación de piezas y la libre entrada de materiales desde el extranjero, permitieron que esta manufactura persistiera hasta mediados del siglo XIX a pesar de no contar apenas con beneficios.
A lo largo de su existencia, la fábrica se convirtió en un modelo de organización y en un referente de orientación estética gracias a la contratación de especialistas extranjeros, artistas y «secretistas» que aseguraban conocer el secreto para la fabricación de la porcelana. Además, la creación de una academia de aprendices permitió a la manufactura continuar proporcionando una producción de máxima calidad.
Estos jarrones ornamentales se enmarcan en la segunda época (1749-1786), que comenzó cuando Pedro Pablo, hijo del IX conde de Aranda, heredó la fábrica. El X conde fue embajador de España en París y estuvo en contacto con los enciclopedistas. Su curiosidad le llevó a buscar la fórmula de la porcelana, consiguiendo únicamente una pasta similar a la pasta tierna francesa y a la tierra de pipa inglesa.
La complejidad de la fábrica provocó un foco de malestar que derivó en dimisiones y en la creación de otros talleres que intentaron, sin demasiado éxito, imitar la cerámica alcoreña. Por este motivo, la fábrica de Alcora solicitó al rey una orden que le permitiera identificar sus productos con una «A». En 1789 se clausuraron por orden real las llamadas despectivamente «fabriquetas».
Además de producir porcelana, una de las pretensiones del X conde de Aranda fue la de fabricar esculturas de pequeño formato. Para ello en 1745 contrató a un nuevo escultor, Julián López (1711-1792), que llegó a ser maestro principal, dibujante, tallista y modelista hasta 1779. López no solo consiguió mejorar la calidad de la producción escultórica, sino que también incrementó y amplió el repertorio de modelos escultóricos. De hecho, en el anuncio de objetos de la fábrica de 1749 se mencionan los nuevos modelos que se utilizarán en los gabinetes para colocarlos en sobremesas y repisas.
La pareja de jarros ornamentales, de gran exuberancia visual, responden al espíritu rococó del momento. Presentan forma de copa, un receptáculo gallonado de forma helicoidal coronado por rocallas, flores y frutos policromos en relieve y un pie ornamentado con rocallas y motivos vegetales en relieve. El remate superior tiene forma de recipiente repleto de frutos en relieve. La fabricación de dichos ejemplares requiere gran experiencia técnica y su estilo se adapta a las modas de la época, ya que años antes, la manufactura de porcelana de Meissen había incluido entre sus modelos cajas de reloj y candelabros rodeados de flores de porcelana que rápidamente fueron copiados en la fábrica de Sèvres. La producción de Alcora, como puede apreciarse a través de estos jarros ornamentales, es mucho más vistosa gracias a la profusión de las flores y frutos.