/content/dam/fundacion-banco-santander/es/imagenes/cultura/arte/coleccion/obras/C-2007-S_what_the_hell_1_alta-1920.jpg != null ? bannerSimple.alt : true}

Kimmo Schroderus (Jyväskylä, Finlandia, 1970)

What the Hell

2002-2003

INFORMACIÓN DE LA OBRA

Acero, 250 × 250 × 230 cm

Kimmo Schroderus es uno de los artistas fineses más destacados en el panorama artístico reciente. En la década de los años noventa estudió nuevos medios y escultura en la Academia de Bellas Artes de Helsinki y en el Royal University College de Estocolmo, realizando sus primeras exposiciones individuales en Finlandia, Rusia, Suecia, Lituania y Alemania. En 2003 fue comisario del Mänttä Art Festival sobre escultura finesa contemporánea, aunque su trabajo comisarial continuó en años sucesivos. Obtuvo varios premios y su obra forma parte de diversas colecciones y museos. Sus primeras creaciones eran objetos realizados con una especial atención a los materiales y la realización técnica, especialmente piezas en cuero cosidas a máquina. Utilizó también la madera, el plástico y la tela. Durante una residencia artística en 2000 en Trondheim (Noruega), Schroderus descubrió paisajes, cascadas, montañas, nubes y luces que transformaron drásticamente su escultura. Empezó entonces a utilizar barras de acero soldadas y a realizar proyectos de mayor escala.

What the Hell [¡Qué demonios!] es una de las esculturas creadas a partir de estas premisas. Hay varios rasgos que podríamos destacar: uno es su forma irregular y dinámica, construida con un material que parece tan blando como para poderse arrugar como si se tratara de una hoja de papel. Este dinamismo se deriva de sus entrantes y salientes, de las curvaturas y pliegues que parecen moverse, emulando la vitalidad de la naturaleza contemplada e interpretada. Aun con su carácter abstracto, esta escultura podría percibirse como un remolino de agua, como roca, nube o concha, pues su configuración está totalmente abierta y cambia según la posición que adopte el espectador, en cuya imaginación podrá evocarse una u otra imagen. En este sentido se expresa el propio artista en un comentario sobre esta obra: «últimamente, como en What the Hell, he estado haciendo mis esculturas lo más abiertas posible a asociaciones totalmente diferentes. Mi objetivo es hacer que mil historias entren en una sola obra artística. Si es un buen día, el espectador puede pensar que encuentra en la escultura formas de la naturaleza y todas las cosas bellas. Otro día, tal vez un mal día, puede que a ese mismo espectador le parezca un cáncer o cualquier otra cosa desagradable». El acero está trabajado con gran habilidad, confiriéndole una sensación de ligereza y haciendo de su maleabilidad y textura elementos expresivos. Con su superficie plateada, la escultura refleja la luz y se llena de matices y reflejos según las estaciones y las horas. Además, es transparente porque el metal se abre en toda su superficie reforzando la percepción intensa y variada de luces y sombras y dejando ver el paisaje a través suyo. La mirada penetra literalmente el metal, en un deseo de establecer una estrecha relación entre la obra y el lugar específico donde se ubica y con el que dialoga. Schroderus es un escultor plenamente comprometido con la realización artesanal, esforzada y paciente de sus materiales. [Carmen Bernárdez]