La pareja de cuadros de la Colección Banco Santander realizados por Genaro Pérez Villaamil es ejemplo bien elocuente de la fascinación que la catedral de Sevilla provocó en todos los paisajistas románticos que visitaron la ciudad hispalense, encabezados por el vedutista británico David Roberts (1796-1854), quien influiría decisivamente en la obra de Pérez Villaamil hasta convertirlo en el gran maestro del paisaje del Romanticismo español, así como de las vistas urbanas de las ciudades españolas más monumentales. Plasmó estas ciudades tanto en sus cuadros como en sus dibujos y litografías, hasta constituir el más bello repertorio de la interpretación pintoresca de estos monumentos, estudiados generalmente del natural con minuciosos apuntes a lápiz, pero transformados luego por la desbordante imaginación romántica de Villaamil en la comodidad de su estudio en Madrid.

El primero de ellos despliega una imponente vista de la fachada principal de la catedral, tomada en acusada perspectiva desde la calle, pudiéndose ver en primer término la puerta del Bautismo abierta, en cuyo atrio conversa un corro de transeúntes. La fantasía de Villaamil magnifica las de por sí esbeltas proporciones de su espléndida arquitectura gótica, rematada por un bosque de cresterías, pináculos y arbotantes. Enfrente se levanta un caserío sobre soportales formados con importantes columnas, ante los que un mercader vende su mercancía. Al sabor pintoresco que ofrecen las casas, rematadas en sus aleros y tejados por canalones, chimeneas y mástiles, se une la primorosa descripción costumbrista con que Villaamil interpreta los diferentes tipos populares que frecuentan los aledaños del templo, reproducidos en sus indumentarias y aperos con un agudísimo sentido de la observación, que el artista solía anotar en sus cuadernos de apuntes.

Por su parte, el cuadro compañero muestra el interior de la nave principal de la seo hispalense durante las ceremonias de la procesión del Corpus Christi que se celebran junto al altar levantado para tal efemérides en el trascoro, visible bajo un lujoso dosel. Abriéndose paso entre la multitud congregada en la iglesia, varios sacerdotes vestidos de pontifical y seguidos de palio acompañan a quien encabeza la comitiva, portando una custodia de sol. Al otro lado de la nave puede verse la monumental custodia de Juan de Arfe, ante la que ejecutan su danza los seises. Al pie de la nave puede verse la inscripción del antiguo enterramiento de los restos de Cristóbal Colón.

La espectacularidad de la celebración del Corpus Christi en las impresionantes naves góticas de la catedral de Sevilla sedujo a muchos otros artistas contemporáneos a Villaamil, como el propio Roberts o el sevillano Joaquín Domínguez Bécquer (1817-1879), mientras que este grandioso templo gótico sería también uno de los monumentos predilectos de Villaamil, quien representó sendas vistas del edificio muy semejantes a estas –aunque notablemente más esbozadas–, en el espectacular díptico de Vistas monumentales de ciudades españolas (1833-1839) adquirido en 2011 por el Museo del Prado. [José Luis Díez]