Proyecto desarrollado en colaboración con el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS). Desde el año 2004, esta iniciativa tiene el objetivo de recuperar la funcionalidad ecológica de este espacio a través de trabajos de restauración de las turberas.
Las turberas de Roñanzas fueron explotadas para extracción de la turba, originándose con ello un proceso de desecación debido a los drenajes y a las zanjas de saca de la turba. Son el único emplazamiento en toda Asturias donde se ha citado la presencia de la hierba de llamuerga (Rynchospora fusca), lo que confiere a este lugar un interés especial para su conservación.