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Juan Muñoz (Madrid, 1953 – Ibiza, 2001)

Conversation Piece I

2001

INFORMACIÓN DE LA OBRA

Bronce, 140 × 90 × 80 cm c/u (4 piezas)

Juan Muñoz es uno de los artistas españoles de mayor proyección internacional. A finales de los años setenta se había trasladado a Londres para estudiar en la Central School of Art and Design y en la Croydon School of Art and Technology. En 1982 asistió, gracias a una beca Fulbright, al Pratt Graphic Center de Nueva York. A su regreso a Madrid fue comisario de la exposición Correspondencias y en 1984 celebró su primera individual en la galería Vijande. Aunque su carrera recibiría más reconocimiento internacionalmente que en su país natal, Muñoz se instaló en las afueras de Madrid, donde vivió y trabajó hasta su prematura muerte, ocurrida en un momento álgido de su carrera, a punto de inaugurar su gran exposición Double Bind en la Tate Modern de Londres. En 2000 obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas.

Eludiendo toda clasificación estilística, la obra de Muñoz se centró en la escultura, el dibujo y, posteriormente, en varios proyectos radiofónicos. Tras una etapa en la que trabajó con esculturas de pequeño tamaño con forma de escaleras, balcones o pasamanos, adoptó la forma figurativa. Sus personajes a menudo se hallaban insertos en espacios definidos como suelos ópticos, espejos, columnas o escenarios donde dialogaban, desde la soledad y el mutismo, con un entorno estático que para Muñoz derivaba, en buena medida, de los lugares metafísicos de De Chirico. Sus personajes eran enanos, muñecos de ventrílocuo o bailarinas. Desde 1989, estas figuras femeninas poseen una base semiesférica que paradójicamente les permite bascular, pero les impide el desplazamiento. A las bailarinas siguieron otros personajes masculinos con el mismo tipo de base, sin piernas, como los muñecos tentetieso.

En Conversation Piece I [Pieza de conversación I] vemos unos personajes con bases esféricas, enfundados en sus ropas voluminosas, criaturas que giran el tronco y mueven los brazos, aunque permanecen ancladas al suelo. Su tamaño es más reducido que el natural, y sus rasgos son genéricos y vagos. Esta obra corresponde con la tipología que inició en 1991 y denominó Conversation Pieces, siendo una de las últimas, fechada el mismo año de su muerte, 2001. Hay sin duda una conversación entre las figuras, es evidente su interacción. Desde su emplazamiento, cada una establece el perímetro del espacio que activa, como en un ajedrez detenido indefinidamente, en el que el suelo que ocupan fuera tanto o más importante que las propias esculturas. El espectador puede acercarse, deambulando y percibiendo su sentido paradójico. Mientras que su apariencia antropomorfa favorece una cierta proximidad, al mismo tiempo queda patente su naturaleza ciega al exterior y vinculada solo a la muda conversación que se desarrolla entre ellas. Muñoz había creado antes otras figuras asociadas al espacio circundante del suelo, imágenes de la diferencia, seres forzados a una existencia «distinta», ensimismada, narcisista o expectante ante lo que puede ocurrir y no ocurre; ante lo que puede oír y no oye. Las «conversaciones» proponen sobre todo situaciones que el espectador puede experimentar de distintas maneras en su propia vida. Involucradas en su inaudible debate, construyen su propia realidad en su comunicación interior y su simultánea incomunicación al exterior. [Carmen Bernárdez]