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Juan Manuel Díaz-Caneja (Palencia, 1905 – Madrid, 1988)

Paisaje

1976

INFORMACIÓN DE LA OBRA

Óleo sobre lienzo, 50 × 61 cm

OTRA INFORMACIÓN

Firmado en el ángulo inferior derecho: «Caneja»

Enmarcado dentro de la corriente renovadora de la plástica que se desarrolló en España en torno a los años veinte, Juan Manuel Díaz-Caneja es fundamentalmente un pintor de paisajes.

Con la idea de realizar estudios de Arquitectura, se trasladó a Madrid en 1923. Para preparar el ingreso a la Escuela, comenzó a asistir al estudio de Daniel Vázquez Díaz, donde decidió dedicarse en exclusividad a la pintura. En estos años vivió una temporada en la Residencia de Estudiantes y entabló relación con la vanguardia madrileña. En 1927 conoció a Alberto Sánchez y Benjamín Palencia, con quienes recorrió los alrededores de Madrid y en particular el entonces entorno rural del distrito de Vallecas. Con la idea de revitalizar el arte español a través del reconocimiento estético de la naturaleza, nació lo que se conocería como la Escuela de Vallecas. Se trataba de un proyecto ambicioso: modernizar la plástica española a través del análisis de un entorno que nada tenía que ver con los paisajes frondosos de los que se habían ocupado los artistas del siglo xix. A los paseos se unieron, entre otros, Luis Castellanos, Maruja Mallo, Antonio Rodríguez Luna y, ocasionalmente, Rafael Alberti y Miguel Hernández. La idea de la utilización del paisaje como elemento reivindicador de modernidad permanecería en la trayectoria de DíazCaneja más allá de los años de la Escuela de Vallecas.

En 1929 viajó a París y se relacionó con los artistas españoles allí residentes. De su estancia en la capital francesa heredó una influencia cubista, presente en las composiciones de esos años, que quedaría latente en el resto de su producción. En términos generales, su obra se dedicó al análisis de los paisajes de Castilla. Se ha afirmado que, en los años de posguerra, el tema del paisaje fue utilizado por los pintores del momento como una suerte de refugio: una manera de esquivar la censura franquista. No es el caso de Díaz-Caneja. El pintor, no solo había trabajado en composiciones paisajísticas en los años precedentes, sino que durante toda su producción utilizaría el tema en la estela de la Escuela de Vallecas.

En sus obras, Díaz-Caneja estudió las tierras castellanas centrándose en el reflejo de la luz sobre la tierra. Esta síntesis lumínica lo llevó a desarrollar un sentimiento cromático que basó su paleta en amarillos, ocres y grises. En los años cuarenta y cincuenta, el pintor incluyó en sus composiciones algunas figuras o construcciones solitarias. A medida que su trayectoria fue avanzando, el compromiso con el análisis del paisaje se fue haciendo cada vez mayor y, en los años setenta, su obra se vio sometida a una depuración formal. De hecho, tal y como puede verse en una obra como Paisaje, las parcelas de los campos de labranza se convirtieron en el elemento sobre el que el artista construía sus composiciones: intentando plasmar en el lienzo la esencia de Castilla, Díaz-Caneja llegó a composiciones que lindan con la abstracción lírica. [Inés Vallejo]